Si existe algún deleite para los sentidos es la música de David Garrett.
Este alemán de 33 años (de madre americana de quien toma el apellido) ofrece uno de los espectáculos más tentadores del panorama musical.
Con formación en música clásica, es considerado el mejor violinista del mundo, y a demás ha batido el récord de violinista más rápido.
Su rock sinfónico llega a todo tipo de público, y en sus conciertos podemos ver unidas a varias generaciones, siendo el número uno en ventas de Alemania.
Su puesta en escena es también increíble, por el sentimiento con el que acompaña sus interpretaciones, la amabilidad de su sonrisa, la calidad del directo, su talento para hacer reír al público, y los efectos especiales siempre son una sorpresa.
A demás, su estilismo personal, mezclando la etiqueta de un concierto clásico con un estilo grunge que nos recuerda a Curt Cobain, le da un atractivo añadido.
Toca todos los géneros musicales, empezando por el clásico, las bandas legendarias de los '70, el metal de los '80, o el grunge de los '90.
En casa todos somos fans de este joven músico, y es una manera estupenda de acercar a los niños a la música culta, e ideal como ambiente para leer o amenizar una velada.
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